Diferencias en el contenido de las facturas ordinaria y las simplificadas

Diferencias en el contenido de las facturas ordinaria y las simplificadas

Gracias a la ayuda de una asesoría fiscal vas a poder conocer qué sistemas de facturación son más adecuados para tu modelo de negocio. En esta ocasión te vamos a explicar un sistema que podrá ayudarte a agilizar mucho el trabajo: la factura simplificada.

¿Qué es una factura simplificada y en qué se diferencia de una normal?

Se trata de un comprobante de compra en el que, además de los conceptos de gasto, solo se incluyen los datos del emisor. Dicho de otra forma, en este tipo de factruas emitidas no tendrás que incluir o conocer los datos del cliente. Las podrás utilizar siempre que el importe de la venta no supere los 400 € o en algunos de los casos excepcionales admitidos por la ley.

Otra diferencia importante es que en el contenido de una factura simplificada podrás incluir únicamente el total, mientras que en la ordinaria la base imponible y la cuota de IVA deben estar reflejados por separado, así como el tipo impositivo aplicado.

Por último, en la factura simple el concepto no tiene que estar detallado. Sin embargo en el sistema tradicional aparecerán todos los bienes y servicios que ha adquirido el cliente, así como la fecha del intercambio.

¿Es deducible una factura simplificada?

Esta es la pregunta que se hacen todos los autónomos cuando se encuentran ante una empresa que emite este documentos simplificados. La respuesta va a depender de dos factores: el formato que elija el vendedor para presentar la información y la cantidad de gastos presentados de esta forma durante el ejercicio.

Por norma general, para poder deducirte el IVA de una factura simplificada, tendrá que aparecer reflejado tu NIF, tu domicilio fiscal y el tipo de retención que se ha aplicado. Para conseguir la devolución del IVA soportado, Hacienda necesita saber de alguna manera cuánto has pagado. Nuestra recomendación es que en caso de tener una factura simplificada y la quiras meter como gasto, pagues con tarjeta de crédito. En caso de inspección, podrás presentar esa factura simplificada con su justificante de pago.

En la mayoría de los casos, Hacienda en caso de inspección, a esas facturas simplificadas, no las considera gasto y por tanto, las saca como gastos y practica liquidación provisional. En la mayoría de los casos, lo hace, porque considera que no queda acreditado quien ha pagado esa factura simplificada.

Aún así, recordarte, que Hacienda ya tiene en cuenta esos gastos. Los llama gastos de difícil justificación y le propio programa de renta de hace el cálculo. Por eso, ojo con meter las facturas simplificadas.

El contenido de la factura ordinaria

No obstante, si quieres asegurarte de que no te encuentras con ningún tipo de problema, te aconsejamos que solicites, siempre que puedas, una factura ordinaria. Este documento deberá tener:

  • El número de serie.
  • La fecha de expedición.
  • El nombre, apellidos, razón social y CIF tanto tuyo como del emisor.
  • El tipo o tipos impositivos aplicados, así como la cuota tributaria.
  • La fecha en la que se han realizado los trabajos o vendido los bienes.
  • El precio unitario antes de impuestos de los productos adquiridos.

Tanto si vas a emitir facturas como si las necesitas para las deducciones, te aconsejamos que consultes siempre con una asesoría fiscal. Ellos te informarán de todas las opciones disponibles y te ayudarán a crear un método de trabajo eficaz.

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Diferencias en el contenido de las facturas ordinaria y las simplificadas
Zaida Berdión
Departamento Fiscal y Contable de Qüentas. Responsable de Qüentas.
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