Pasar de autónomo a sociedad limitada, ¿me interesa?

Al emprender un negocio, es muy habitual iniciar la actividad como autónomo, especialmente si empiezas solo, sin socios ni empleados. Pero según vaya creciendo tu negocio, puede llegar un momento en que debas plantearte si te interesa cambiar de autónomo a sociedad limitada, ya que puede aportarte algunos beneficios que debes tener en cuenta.

Te contamos cuándo puede interesarte dar el salto de autónomo a sociedad limitada, qué beneficios te puede aportar y qué obligaciones nuevas te va a exigir este cambio.

¿Qué beneficios fiscales aporta pasar de autónomo a sociedad limitada?

Pasar de autónomo a sociedad limitada es un cambio en la forma jurídica que tiene consecuencias a nivel fiscal, contable y empresarial.

Lo primero que debes valorar es si tu negocio es ya consistente y está suficientemente asentado o consolidado. Si este no es tu caso, suele ser más conveniente continuar como autónomo.

Desde el punto de vista fiscal, puede ser más rentable tributar como sociedad que como autónomo, ya que las sociedades tributan a un tipo fijo (actualmente un 25%, que se puede ver reducido a un tipo del 15% (desde enero de 2023) para empresas de nueva creación en el primer periodo que la base imponible sea positiva y los tres siguientes.

Hay que tener en cuenta que el IRPF es un impuesto progresivo y, por tanto, cuanto más ganas, más pagas, pudiendo llegar hasta un 47,5% en las rentas más altas.

Esta teórica ventaja fiscal, puede no serlo. Va a depender de tu situación familiar y personal (número de hijos o ascendientes a tu cargo, de los gastos de hipoteca que puedas desgravarte, etc.), así como de los gastos deducibles que puedas aplicarte y que pueden reducir de forma importante la tasa impositiva que te corresponde.

Pero, además, hay que tener en cuenta que ese ahorro de pago de impuestos es una ventaja si reinviertes los beneficios en la empresa. Si, por el contrario, decides llevarte el beneficio o repartir los dividendos, acabarás pagando por IRPF, por lo que el cambio de forma jurídica puede no ser tal ventaja desde el punto de vista fiscal.

Beneficios que te aporta crear una sociedad limitada en cuanto al riesgo

Dejando aparte la posible ventaja fiscal que habría que valorar en cada caso, las verdaderas ventajas de cambiar la forma jurídica a una sociedad limitada (SL) vienen por la seguridad que te aporta esta figura jurídica cuando tu negocio crece en volumen y, por tanto, también en riesgo.

Y es que, al pasar a sociedad limitada, limitas tu responsabilidad al capital social aportado, mientras que si continuas como autónomo, respondes con todo tu patrimonio personal.

Este punto es muy importante cuando tu negocio va creciendo, ya que los riesgos que vas asumiendo son cada vez mayores.

Como sociedad limitada, cada socio responderá por la parte del capital social aportado, por lo que tu responsabilidad queda reducida al importe que hayas aportado a la sociedad, salvaguardando de este modo tu patrimonio personal.

Beneficios de pasar de autónomo a una sociedad limitada en cuanto a imagen

Otra ventaja adicional tiene que ver con la imagen del negocio. Presentarse como sociedad limitada puede facilitar el acceso a financiación, a clientes o a proveedores, puesto que puede dar idea de ser un negocio más asentado y más solvente que si te presentas como autónomo. Esto tiene mayor relevancia si aspiras a trabajar con grandes empresas, ya que estas suelen preferir proveedores que sean sociedades frente a autónomos, por la impresión de mayor solvencia y seguridad.

También puede ser interesante crear una sociedad limitada en el caso de que trabajes de forma habitual con otro autónomo o freelance y queráis darle forma a la colaboración y determinar la responsabilidad de cada uno.

Implicaciones de pasar de autónomo a sociedad limitada

Al crear la nueva forma jurídica, tendrás unas obligaciones contables mayores y será necesario un mayor control de la parte de administración del negocio.

Como sociedad, es obligatorio llevar los libros contables (cuentas anuales, inventarios, libros registros, libro diario, libro mayor…)

Y también los libros fiscales (si la actividad está sujeta a IVA): facturas emitidas, facturas recibidas, operaciones intracomunitarias y bienes de inversión.

¿Tienes dudas? ¿Quieres que valoremos tu caso concreto?

Somos una asesoría contable, fiscal y laboral especializada en emprendedores, autónomos y PYMES. Contáctanos: